- SUMARIO:
- REVISTA DE EXPERIENCIAS CLÍNICAS Y NEUROCIENCIAS
- Alteraciones psíquicas postraumáticas en comerciantes víctimas de delitos
Julián Achilli, María Celia Rodriguez, Jorge Oscar Folino Leer Resumen
- Una nuva estrella en el firmamento de la psiquiatría: El Colegio Europeo de Neuropsicofarmacología
Pablo Miguel Gabay Leer Resumen
- Dossier: “LAS ENFERMEDADES NEURODEGENERATIVAS”
Coordinadores: Martín Nemirovsky, Juan Carlos Stagnaro Leer
- No todo es la memoria: síntomas conductuales y psicológicos de la enfermedad de Alzheimer
Pablo Richly, Julián Bustin Leer Resumen
- El movimiento desde la perspectiva de la neurociencia social cognitiva: el caso de la enfermedad de Parkinson
María de los Ángeles Bacigalupe, Silvana Pujol Leer Resumen
- Actualizaciones en el diagnóstico y tratamiento del deterioro cognitivo vascular
Ignacio Demey, Verónica Somale, Ricardo F. Allegri Leer Resumen
- Neuroimágenes estructurales en demencias para el consultorio en general
Jesica Ferrari, Noelia Pontello, Pablo Richly, Julián Bustin Leer Resumen
- Bioética y demencia(s)
Hugo Pisa Leer Resumen
- Internación psiquiátrica geriátrica vs. no geriátrica en un servicio de psiquiatría de un Hospital General en Chile
Igor Aedo, Jaime Santander, Christian Weiss, Ximena Fuentes Leer Resumen
- EL RESCATE Y LA MEMORIA
- De la coerción a la curación: El Tratamiento Moral de Francois Leuret
Norberto Aldo Conti
- LECTURAS Y SEÑALES
- Niveles de vida
Daniel Matusevich
- EDITORIAL
A principios de noviembre de este año un luctuoso hecho tuvo lugar en el Hospital “Prof. Dr. Alejandro Posadas” de la localidad de Haedo, provincia de Buenos Aires: intentando contener a un paciente que había ingresado al nosocomio con un cuadro de psicótico agudo un trabajador, camillero de dicha institución, Emanuel García de 32 años, le tomó la mano, pero el paciente se arrojó al vacío y lo arrastró con él desde un séptimo piso y murieron.
Indignados por el hecho, los trabajadores del hospital decidieron no atender la guardia y cortar la Autopista del Oeste para reclamar mayor seguridad. Es el segundo suicidio de un paciente en menos de dos meses.
Los empleados relataron a la prensa que no es la primera vez que esto sucede: “Hace un mes y medio se suicidó un paciente psiquiátrico arrojándose desde el séptimo piso y falleció de inmediato. Hace unos quince días, hubo un intento de suicidio de otra paciente que estaba internada en la unidad coronaria. Se tiró de un segundo piso y se rompió la cadera. El de esta madrugada es el tercer caso”, informó la secretaria general de CICOP del “Posadas”, Olga Lescano.
El triste acontecimiento que costó la vida a estas dos personas pasó rápidamente por las páginas de los diarios sin mayor repercusión. Incluso mereció directamente el silencio de alguno de los cotidianos que más clama por la defensa de los derechos humanos de los pacientes. El mismo silencio guardaron las autoridades sanitarias del área.
No cabe duda que la atención de los pacientes psiquiátricos debe realizarse en todas las instituciones asistenciales. Desde el nivel de la atención primaria hasta los de mayor complejidad. Pero, las prestaciones deben ser adaptadas a la casuística a fin de otorgar todas las garantías de calidad en la misma a cada tipo de situación. La obligatoriedad de hospitalizar a cualquier tipo de pacientes en hospitales generales, insuficientemente equipados, deja abierta la posibilidad a hechos como el que motivan este editorial.
¿Están todos los servicios de nuestros hospitales generales equipados en personal especializado suficiente en número y entrenamiento para atender los casos psiquiátricos agudos y graves? ¿Sus condiciones edilicias están adaptadas para brindar adecuada seguridad a pacientes y trabajadores? ¿Porqué estos hechos son raros en los hospitales psiquiátricos especializados? ¿No será porque justamente están preparados con instalaciones adecuadas y personal idóneo en el tratamiento de estas situaciones?
Sin llegar a casos extremos como el relatado, se registran muchos otros en los que los pacientes deben permanecer en salas de guardia inadaptadas para su cuidado, sobrecargando a los equipos de atención con conductas propias a su sufrimiento que no pueden controlar, sin los espacios y personal necesario para su correcta atención, a veces sobremedicados para obtener una sedación compatible con la tranquilidad necesaria para atender a pacientes aquejados de otras enfermedades (cardiológicas, traumatológicas, obstétricas, respiratorias, etc.).
Es imprescindible revisar e instaurar una protocolización adecuada que permita a los equipos profesionales una rápida y fácil evaluación para decidir con libertad terapéutica el tratamiento en el lugar o la derivación a las instituciones especializadas. La clínica, a cuyo servicio debe estar la legislación para dar fuerza a las garantías para la correcta atención de la población, y no las posturas ideológicas, debe primar en esas decisiones.
Vaya nuestro homenaje a Emmanuel García por su abnegado gesto, que ejemplifica la labor que enfrentan los trabajadores de la salud mental en las instituciones sanitarias cotidianamente.
Juan Carlos Stagnaro
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