- SUMARIO:
- Dossier: “"HOSPITAL DE DIA DE ADULTOS"
Escriben: Epstein / Feijoo / Fernández Bruno / Gabay / Millas / Moizeszowicz
- Introducción
Nacido en la posguerra —aunque con algún antecedente en la URSS de los años ’30—, fruto de las urgencias sanitarias para recibir y tratar la superpoblación de pacientes después de la contienda, el Hospital de Día de adultos pudo existir por que también concurrieron a su concepción otros recursos y factores. Efectivamente, las técnicas emanadas de las teorías psicodinámicas en expansión, las técnicas biológicas (cura de Sakel, electroshok) y luego la psicofarmacología, que yugulando lo más miedoso de la sintomatología psiquiátrica permitieron la libre circulación de los pacientes en la ciudad y las exigencias políticas por mejoras en la Salud Pública que plantearon los pueblos luego de las mejoras sufridas, se contaron entre las causas más determinantes del surgimiento del dispositivo Hospital de Día.
Su característica contractual, su temprana orientación psicoterapéutica, su vocación rehabilitadora y antiasilar lo definieron como la figura emblemática de la Psiquiatría en la Comunidad.
En nuestro país se adoptó tempranamente este recurso terapéutico y aunque en sus inicios lo fue más como trasplante de experiencias extranjeras que como eslabón en una verdadera red de Salud Mental, con el pasaje del tiempo ha ido ocupando un lugar de importancia entre los modelos de atención.
Con el paso del tiempo y diversos desarrollos (antipsiquiatría inglesa, reforma italiana, psiquiatría comunitaria norteamericana) nuevas técnicas (departamentos terapéuticos, casas de medio camino, interacciones domiciliarias, hospitales de noche, etc.) tienden a diversificar la oferta de atención psiquiátrica. Pero el Hospital de Día sigue siendo una opción clara y distinguible, aunque en muchos lugares su configuración clásica fue cuestionada progresivamente y se pusieron nuevas fórmulas a prueba. Allí está, por ejemplo, la propuesta de Bleandonu en el sentido de un "hospital de día múltiple" es decir capaz de ofrecer programas terapéuticos personalizados a poblaciones de pacientes. Esto alude, sin duda, a que también la clientela de los hospitales de día se ha modificado al ritmo de los cambios en las patologías prevalentes. La psicodinámica ha cedido el lugar como problemática más numerosa a los trastornos borderline, las toxicomanías, el alcoholismo o las alteraciones de conductas alimentarias.
Por todo ello es que la mayoría de los autores opinan que los hospitales de día existentes no comparten ninguna doctrina en común ni responden a ninguna definición consensuada. Lo heterogéneo domina el horizonte de sus prácticas, haciéndose necesario, sin pretender la uniformidad, un nuevo esfuerzo de conceptualización.
A ello apuntan las contribuciones seleccionadas para componer este Dossier.
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