Nº125 - Volumen XXVII
Enero/Febrero 2016
Dossier: "FILOSOFÍA Y EPISTEMOLOGÍA EN LA PSIQUIATRÍA DE LA TRANSPARENCIA".
  • Coordinadores: Norberto Aldo Conti, Daniel Matusevich

Byung-Chul Han sostiene enfáticamente que las cosas se hacen transparentes cuando abandonan cualquier negatividad, cuando se alisan y allanan, cuando se insertan sin resistencia en el torrente liso del capital. Continúa diciendo el mismo autor que las imágenes se hacen transparentes cuando, liberadas de toda dramaturgia, de toda profundidad hermenéutica y de todo sentido se vuelven pornográficas; finalmente, las cosas se tornan transparentes cuando se despojan de su singularidad expresándose completamente en la dimensión del precio, concluyendo entonces en que la sociedad de la transparencia es un infierno de lo igual (Byung-Chul Han, 2015) 1.

Es a partir de estas reflexiones que nosotros conjeturamos la eventualidad de que nuestra especialidad se halle atravesando una etapa que bien podríamos denominar de la transparencia, en la cual los valores que predominan son los de la uniformidad, la formalidad, el positivismo más límite vestido con los ropajes de la evidencia, la biologización de las prácticas (incluyendo las psicoterapias) y la muerte de las teorías. Estamos frente a una psiquiatría que no ofrece nada para interpretar, nada para descifrar ni nada para pensar; en palabras de Chul Han no son necesarios ningún juicio, ninguna interpretación, ninguna hermenéutica, ninguna reflexión, ningún pensamiento frente al vaciamiento de la profundidad, de la abisalidad y de la hondura.

Ejercemos en tiempos en los que pareciera que la catarata de datos e información de la que disponemos convierte en nimias las miradas teóricas (“...la masa positiva de datos e información, que hoy crece hasta lo monstruoso, hace superfluas la teoría, que la alineación de datos suplanta a los modelos”, en palabras del mismo autor); las discusiones teóricas han sido eclipsadas por intercambios de datos en los que se privilegia tan solo la cantidad y la velocidad de la información, esterilizando cualquier posibilidad de pensamiento creativo.

El filósofo coreano formado en Friburgo y Munich va más allá aún cuando plantea de manera arriesgada que la hiperinformación y la hipercomunicación que predomina en la actualidad dan testimonio de la falta de verdad de estos tiempos, e incluso de la falta de ser, ya que más comunicación y más información no eliminan la fundamental imprecisión del todo, sino que más bien la agravan.

Nuestra especialidad atraviesa mares en los que todos parecen tener una opinión, pero nadie parece esgrimir una teoría; las opiniones van cambiando, son mutantes, en un punto carecen de consecuencias, son inofensivas, mientras que las teorías son parte de nuestro ser, de nuestra identidad, nos permiten significar un mundo a la vez que ser significados por el mismo; no debemos perder de vista que mayor información no equivale a verdad, necesita tener un sentido y un saber, en caso contrario es como un barco que navega a la deriva, sin dirección.

En este contexto es que VERTEX ha tomado la decisión editorial de compilar una serie de artículos atinentes a aspectos filosóficos y epistemológicos en referencia a nuestra práctica; autores nacionales e internacionales han prestado una importante colaboración con el objeto de contribuir a incrementar el acervo temático, ya que en otras ocasiones y en otros dossiers estos temas han estado a la orden del día. Los editores estamos firmemente convencidos de que únicamente generando islas de discusión e intercambio podremos mejorar la calidad teórica del colectivo psiquiátrico vernáculo, más abocado (en gran parte) a la repetición e importación de conceptos que a la construcción de una matriz disciplinar local.

En primera instancia, el Profesor Pablo Levin nos presenta un inquietante y meduloso trabajo que provocará todo tipo de reacciones en nuestros lectores, salvo indiferencia; estamos frente a un ensayo debido a que está redactado en base a una estructura formal abierta y organizado en torno a observaciones sutilmente articuladas. Nos propone una aproximación a la vez académica y desacartonada a un mundo muy poco transitado en nuestra especialidad, el de las misteriosas relaciones entre la salud mental y la economía. Si bien el riesgo de la abstracción es de fácil intelección, el autor sortea dicho abismo con una escritura sencilla conformada por reflexiones prácticas rápidamente asociables a fenómenos tanto clínicos como existenciales, realizadas a la luz de una muy sólida formación intelectual.

Desde España, Enric Novella en su artículo “La clínica de la subjetividad” aporta una muy sutil descripción de cómo se produjo el pasaje de la clínica de la mirada a la clínica de la escucha en el mundo de la psiquiatría; al lector atento no se le pasará por alto que este trabajo (que precisamente está muy bien “trabajado”), se halla jalonado por más de setenta citas bibliográficas que realzan un recorrido polémico e interesante. Es polémica la discusión que el autor plantea con la gran Dora Weiner y es muy interesante la mención a la obra del escasamente conocido, pero cada vez más revisitado Alexander Crichton, a partir de la traducción al español de su obra relacionada con la psiquiatría, si bien Novella lo lee de la versión original en inglés; en resumen, un recorrido de indudable utilidad para iluminar algunas prácticas clínicas actuales.

Mónica Cragnolini nos presenta una breve pero ajustada reflexión acerca de las relaciones siempre polémicas entre filosofía y psicoanálisis; vale la pena detenerse especialmente en la articulación propuesta por la autora con los aportes de Jacques Derrida, delimitando aspectos y atribuciones de los saberes que conviene tener presentes a la hora de intentar poner en relación teorías y conceptos.

La Profesora Lucrecia Rovaletti vuelve a sorprendernos con una de sus medulosas y arriesgadas incursiones en el complejo mundo de la fenomenología; en esta ocasión no le tiembla el pulso para hacerse la pregunta acerca de cómo pensar una clínica de corte fenomenológico. Dotada de una pluma sagaz y curtida en las publicaciones y los idiomas más diversos, la autora nos introduce en el universo de Ludwig Binswanger, una figura por demás subvalorada en el ámbito psiquiátrico convencional y, sin embargo, un autor absolutamente esencial; tener en cuenta la mirada de este autor en referencia a la psicosis, a la melancolía y a la manía solo puede conducir a enriquecer el bagaje clínico del que el psiquiatra dispone. Final polémico, poniendo en entredicho los conceptos de salud y enfermedad, cuestionando las prácticas automatizadas y abogando por una suerte de vigilancia epistemológica de la relación médico-paciente, cada lector sacará sus propias conclusiones.

Por último, Christian Widakowich nos introduce en la obra de Hubertus Tellenbach, conocida por sus trabajos acerca de la melancolía y en discusión con los aportes predominantes de Emile Kraepelin; podemos considerar las reflexiones propuestas por este autor como una apelación a la mirada antropológica de la psiquiatría, que está en las antípodas de una visión adocenada y dominada por las matemáticas en su versión estadística, pero que no por eso pierde su valor heurístico a lo hora de pensar tipologías nosológicas.


1Byung- Chul Han (2013). La sociedad de la transparencia. Buenos Aires: Herder.