No130- Volumen XXVII
Noviembre/Diciembre 2016
Dossier: "MARIHUANA".
  • Coordinación: Santiago Levín, Alexis Mussa, Martín Nemirovsky, Esteban Toro Martinez, Fabián Triskier

La cuestión marihuana despierta resistencias, y fue necesario superarlas a la hora de decidir confeccionar el presente dossier. ¿Se trata de un tema médico, de un asunto de la Salud Mental? Sí, pero no exclusivamente –tal vez ni siquiera primariamente–. He allí uno de los motivos de nuestra vacilación inicial: ¿cómo encarar, desde una revista de Salud Mental y Psiquiatría, una temática que claramente la excede? La respuesta parece de sentido común pero no lo es tanto, y requirió de un tiempo de maduración: se encarará como se pueda, como puedan hacerlo un puñado de psiquiatras que editan una revista de Salud Mental, y aceptando el carácter preliminar del resultado, es decir, sin ánimo de agotar el tema sino abriéndolo a futuras reformulaciones. El obstáculo a superar es el de pretender un enfoque totalizador, que presente al lector la versión definitiva del problema. Tal pretensión sólo conduce a la parálisis y a la postergación. No, no tenemos todas las respuestas. No, no hemos hecho el dossier definitivo sobre marihuana. Apenas dimos el puntapié inicial para que en estas páginas comience a debatirse un asunto complejo y polémico.

En nuestras sociedades urbanas e hipercomunicadas aparecen, con frecuencia, temas-síntoma que tienen la “habilidad” de condensar complejidades. Decimos “síntoma” porque aparecen como consecuencia de la actividad de actores no siempre visibles: ideología, religión, política, prejuicios, discurso científico, experiencia personal, medios de comunicación… La marihuana, en nuestra sociedad de principios del siglo XXI, sería uno de estos temas-síntoma, y también es por ello por lo que resulta engorroso ponerlo sobre la mesa.

Veamos.

Encontramos por allí quien afirma que la marihuana es la puerta de entrada al consumo problemático de sustancias más “pesadas”, como la cocaína. Decenas de psiquiatras afirman esto último en consultorios y medios de comunicación. ¿Hay fundamento que soporte esta afirmación?

Más allá encontramos un grupo de personas que sostiene que la marihuana es una sustancia “amigable”, poco dañina, y que su consumo responsable no sólo no produce daños serios a la salud sino que puede beneficiar al usuario prudente. Se editan revistas que enseñan los mil y un secretos del cultivo casero para obtener un producto de calidad, y las distintas maneras de consumirlo.

Cierta literatura médica concibe el THC como una sustancia claramente adictiva y centra su enfoque en los efectos neurobiológicos a nivel cerebral. Según este enfoque, el objetivo sería la abstinencia total y el abandono definitivo de la sustancia. Algunos, desde un punto de vista psicológico, hacen eje en la existencia de fragilidades psíquicas que impulsarían a quien las padece al consumo de ciertas sustancias, en busca de un equilibrio perdido.

Mientras se discute el estatuto legal de la tenencia y cultivo casero de marihuana, varios grupos militan por la rápida aprobación del uso de derivados del cannabis como terapéuticas médicas en algunos casos resistentes a los tratamientos habituales (algunos tipos de epilepsias refractarias, por poner un ejemplo).

Del consumo recreativo y su relación con la identidad en la adolescencia al tratamiento de algunas epilepsias. De la despenalización a la persecución penal. Del uso responsable al abuso y la dependencia (con todas la consecuencias médicas, legales, familiares y sociales). Del rechazo principista al consumo gourmet. Del uso ocasional al desencadenamiento de una psicosis transitoria o permanente.
Este fenómeno de dispersión, que podríamos llamar flexibilidad cultural de la marihuana, verdaderamente notable, hace más compleja nuestra labor en la clínica. Porque somos convocados a intervenir en un terreno en el que no es sencillo orientarse ni orientar al que consulta. Allí el fundamento de esta recopilación de artículos.

En este dossier presentamos nueve artículos y una entrevista, que intentan iluminar las distintas voces sobre un tema verdaderamente polémico.

La Dra. Cortese, toxicóloga e internista, nos expone sobre lo problemático de la droga y sus efectos adversos, sobre todo en la adolescencia. Nos advierte de la naturalización en el mundo de los adultos, del consumo del alcohol y la marihuana y sus potenciales problemas en etapas de neurodesarrollo en lo vinculado a la cognición y el control de los impulsos.

Diego Golombek, doctor en Biología e investigador del CONICET, aboga en su escrito por una ciencia del cannabis, es decir, por profundizar los estudios básicos y clínicos con esta sustancia. De este modo, el debate que se ha montado en su alrededor, podrá dejar de apoyarse en prejuicios y consideraciones personales, para a pasar a hacerlo “sobre las evidencias y la racionalidad”.

Gonzalo Galván y colaboradores, desde Colombia, realizaron una interesante investigación entre un grupo de universitarios que eran usuarios de la marihuana y otro que no lo era, sobre sus creencias vinculadas al uso y sus potenciales consecuencias.

El médico forense Leonardo Ghioldi nos ilustra sobre los vaivenes de la legislación en lo vinculado a la penalización de la tenencia y consumo de drogas; menester que no ha logrado influir en el creciente aumento del uso de sustancias psicoactivas en la población.

La licenciada Barrera, junto al equipo de investigación del prolífico Dr. Leiderman, encuestaron a una gran muestra poblacional sobre la asociación en el uso de cannabis y la aparición de experiencias psicóticas.

Lucía Seré, Dolores Cardona y Marcelo Cetkovich de Fundación Favaloro, INECO y CONICET, expresan su preocupación por las consecuencias del uso de la marihuana en personas que padecen como patología las psicosis y nos alertan acerca de que este hábito puede constituir un factor de riesgo para el agravamiento de esta patología.

La reputada epileptóloga Silvia Kochen, en consonancia con la reciente aprobación por ley del uso de aceite de marihuana para uso medicinal en nuestro país, nos pone al día sobre la posible alternativa de este recurso (fundamentalmente el cannabinol) para una población que puede llegar al 40%, de los que no logra controlar la aparición de convulsiones.

La entrevista con Sebastián Basalo no tiene desperdicio. Charlamos con una persona muy documentada, que edita la revista THC, dedicada a promover la información sobre el cultivo y el uso de la marihuana. Sus respuestas denotan un gran conocimiento del tema y una postura muy definida en pos del uso de planta cannábica, llegando a decir “Todo uso de cannabis es terapéutico”. Habla sin vueltas sobre los temas más polémicos, con una gran reflexión, dejando de lado fanatismo y fundamentalismo.

José Capece y Federico Pavlovsky, psiquiatras especializados en el tratamiento de las adicciones, abordan la problemática de la comorbilidad entre los trastornos psiquiátricos y el uso de la marihuana.
Abogan por tratamientos específicos como la terapia familiar y el refuerzo comunitario, disminuyendo el interés por las terapias individuales y grupales tradicionales. Nos dirán que intervenciones que ellos llaman contingenciales, motivacionales, cognitivas conductuales, más la actividad aeróbica y el uso de la tecnología móvil, impresionan como las más eficaces y recomendables.

Por último, la Dra. Bulacia, psiquiatra del Servicio de Toxicología del Hospital Fernández de Buenos Aires, se acerca a la problemática del consumo desde la experiencia en la atención de personas que presentan comorbilidades psiquiátricas. Su visión ahonda en los mecanismos neurobiológicos que ilustran como se exacerban los síntomas, tanto por tetrahidrocannabinol como por las sustancias cannabinoides.