![]() | Nº148- Volumen XXX Noviembre / Diciembre 2019 ![]() |
A comienzos del año en esta columna editorial hicimos estado de la equivocada y lamentable decisión del gobierno nacional que había ordenado la degradación de varios ministerios nacionales de importancia clave para el desarrollo del país a la categoría de Secretarías de Estado. En las elecciones nacionales del mes de octubre cambiaron las autoridades y el nuevo signo político de los ganadores de la contienda trajo un saludable cambio de concepto respecto del tema. Fue así que inmediatamente después del evento fue anunciada la composición de la nueva estructura de gobierno y los argentinos recibimos la feliz noticia de la creación de nuevos ministerios que deben atender problemáticas acuciantes como Vivienda y hábitat y Mujeres, género y diversidad; y la reposición de los ministerios correspondientes a las áreas de Trabajo, Agricultura, ganadería y pesca, Ambiente y desarrollo sostenible, Turismo y Deportes y, muy especialmente por su importancia en los temas que nos competen como psiquiatras los de Salud, Ciencia, tecnología e innovación y Cultura. Pasan así a tener la posibilidad de recuperar la categoría de políticas de Estado los objetivos de desarrollo que tanto reclamamos. No obstante, como cada nuevo funcionario se ocupó de señalar, la gestión del gobierno anterior dejó un resultado muy problemático y será tarea de las nuevas autoridades y resultado del esfuerzo popular que se enderecen muchos estamentos y planes en las áreas mencionadas, se reorganicen los que fueron suprimidos, y se lancen otros necesarios para retomar un camino de crecimiento nacional con equidad y justicia. En el área específica de la Salud Pública la tarea será muy grande y compleja, y en el sector particular de la Salud Mental aún más. Esto es así porque nada se hizo en los últimos años más que intentar manejar erráticamente la crisis de recursos financieros, agravada por la carencia de sensibilidad ante el desolador panorama socio-económico por todos conocido. El proyecto de Ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva enviado al Congreso de la Nación por el nuevo poder Ejecutivo incluye un capítulo de declaración de Emergencia Sanitaria, que suma facultades al Ministerio de Salud e impulsa la interacción con otros ministerios y áreas de gobierno. Los puntos principales en materia de salud son, entre otros: hacer cumplir la Ley N° 27.491 de control de enfermedades prevenibles por vacunación (el país sufre el peor brote de sarampión tras 19 años sin casos autóctonos, por deficiencias en la compra y distribución de vacunas); procurar el suministro de medicamentos esenciales para tratamientos ambulatorios a pacientes en condiciones de alta vulnerabilidad social; monitoreo por el Ministerio de Salud de los precios de medicamentos e insumos en el sector y autorización para la importación directa frente a posibles problemas de disponibilidad o alzas; garantizar el acceso a medicamentos e insumos esenciales para la prevención y el tratamiento de enfermedades infecciosas y crónicas no trasmisibles; asegurar a los beneficiarios del PAMI y del Sistema Nacional del Seguro de Salud, el acceso a las prestaciones médicas esenciales; conformar y convocar al Consejo Nacional Consultivo de Salud para identificar, evaluar y aplicar acciones con el fin de paliar las necesidades básicas y consensuar políticas públicas para promover la equidad en la atención de Salud, con base en la Estrategia de Atención Primaria de Salud. En suma, un conjunto de facultades esenciales para empezar a enderezar la situación sanitaria que espera con urgencia nuestra comunidad. Juan Carlos Stagnaro |