Editorial POLEMOS
VERTEX - Revista Argentina de Psiquiatría
  Volumen VI— Nº22
Diciembre 1995 / Enero/Febrero 1996


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  • SUMARIO:
    • Dossier: “ESQUIZOFRENIAS. TRATAMIENTO A LARGO PLAZO"
      Escriben: Bantman / Gershanic / Gorog / Jufe / Lagomarsino / Meltzer / Stagnaro


    • Introducción

      Los avances en la psicofarmacología de las esquizofrenias han generado la aparición de una nueva clínica del período posterior a las etapas agudas con una mayor preocupación por los trastornos deficitarios, y de su diagnóstico diferencial con otros fenómenos que pueden aparecer simultáneamente. Todo ello se combina con un interés creciente de las administraciones estatales por disminuir los costos de la hospitalización prolongada e incluso suprimirla.

      Curiosamente, como ha sido señalado por diversos autores, parece presentarse así una paradójica convergencia de intereses entre ciertos defensores del movimiento antipsiquiátrico y los responsables políticos sanitarios de los planes de ajuste económico. Sin embargo, es sabido que en otras latitudes el resultado de la desinstitucionalización por razones meramente presupuestarias o ideológicas no benefició a los pacientes. Nos encontramos así ante un panorama complejo, erizado de verdades a medias, en el cual hay que diseñar una síntesis equilibrada entre la desaparición del hospicio, el remodelamiento de unidades hospitalarias para el tratamiento de la etapa aguda de la enfermedad, la creación de instancias intermedias semiambulatorias y ambulatorias de seguimiento, la protección social de las personas en las que subsista un déficit conductual y las maniobras de máxima reinserción laboral, habitacional y socio familiar de todos los pacientes. Una problemática tan compleja requiere para su resolución de la participación activa de los técnicos, de las administraciones y de los pacientes y sus familias. Muchos pensarán que tal cosa es utópica en nuestro país. Quizás desde su óptica particular tengan razón. Pero la utopía puede pensarse también como lo que es, un objetivo para aunar voluntades y no un sinónimo de imposible. En su entrevista H. Meltzer dice: "Esto va a requerir que identifiquemos el trabajo o la buena calidad de vida como objetivos terapéuticos importantes para seguir presionando al sistema completo, ya sea a la industria farmacéutica como a las autoridades de Salud Mental de la Argentina y de otros países para que realmente den los recursos necesarios"… "y tengámoslo claro si no lo hacemos nunca ocurrirá".

      Como se dijo antes, la psicofarmacología ha abierto rutas de insospechada utilidad para el tratamiento de las esquizofrenias. Pero también tropezó con fenómenos indeseables como costo de sus beneficios. Éste es el tema del presente Dossier, que se centra especialmente en los aspectos medicamentosos y fisiopatológicos de la enfermedad. Pero su lectura no debe hacer olvidar que aun los más conspicuos farmacólogos no se cansan de recordar la necesidad del abordaje psicoterapéutico y socioterapéutico concomitantes para obtener un resultado eficaz. La comprensión de la psicosis, esa condición humana, no se agota en el nivel biológico del fenómeno y en todo momento es imprescindible respetar en el paciente que siga siendo, según la bella expresión de G. Swain "sujeto de su locura".

      J. C. S.