![]() | Volumen VII— Nº25 Septiembre/Octubre/Noviembre 1996 ![]() |
Siguiendo un movimiento principalmente originado en los EE. UU. y ya conocido en algunos países industrializados, hemos comenzado a ver aparecer en nuestro país diversas organizaciones que agrupan a pacientes psiquiátricos (esquizofrénicos, bipolares, autistas, etc.) y sus familias. En general se definen por su carácter autogestionario, gratuito y cooperativo, independiente del Estado y de las entidades profesionales públicas o privadas, aunque apelen al asesoramiento de los especialistas para ampliar su información científica. No puede desvincularse este fenómeno de la transformación que sufre el conjunto de nuestro quehacer como psiquiatras y de las remodelaciones que se perciben en el campo de la Salud Mental. Los presupuestos de estos grupos pasan en su mayoría por una búsqueda de mayor protagonismo de los usuarios en la gestión de las conductas calificadas social y científicamente como patológicas, una mayor confianza en los propios recursos de autoayuda, una lucha por la aceptación de las diferencia en la comunidad y un lugar de mayor autonomía frente a la ciencia y los profesionales técnicos. Paralelamente, se perfila en estas propuestas una concepción del sufrimiento mental entendido como enfermedad médica, de raíz biológica cerebral y en mayor o menor medida hereditaria –por ende desculpabilizadora de la familia y de la sociedad en sus aspectos causales– que incluye la percepción de sus secuelas en el sentido de una discapacidad pasible de un lógico abordaje psicofarmacológico y psicoeducativo. En suma, todo un campo de polémica que viene a interpelar y volver más compleja aún la trama de saberes, poderes e intereses en juego en la crisis paradigmática de la Psiquiatría actual. En el dossier de este número hemos querido abordar una actualización acerca de los trastornos bipolares que tomara en cuenta aspectos que fueran más allá de los clásicos temas relativos a la clínica, diagnóstico y terapéutica de los mismos. Es así como hemos incluido un abordaje bajo la forma de entrevista a las personas organizadas en la Fundación de Bipolares existente en nuestro país. Véase también en Señales, un texto enviado por la Asociación Argentina de Ayuda a la Persona que padece esquizofrenia y su familia. Un enfoque que pretende señalar la necesidad de abrir la reflexión a todas estas realidades para poder discutirlas en profundidad volviendo a nuestra Psiquiatría más contemporánea de sí misma. J. C. Stagnaro y D. Wintrebert |