- SUMARIO:
- Dossier: “Depresión, ansiedad, estrés”
- Neurobiología de los síndromes depresivos y de estrés. Enfocado sobre los neuroesteroides y los neuroesteroides activos
B. Dubrovsky Leer Resumen
- Tratamiento de la depresión. Los secretos y los trucos del oficio
L. Dratcu Leer Resumen
- Depresión y ansiedad: de la clínica al tratamiento farmacológico
S. Wikinski Leer Resumen
- Estrés y cognitivismo
C. Márquez Leer Resumen
- Abordaje terapéutico de la depresión en pacientes con enfermedad cardíaca
M. Camprubi, M. Suffriti Leer Resumen
- Angustia, nostalgia y melancolía. Algunas notas sobre el psicoanálisis y el tango
J. Dimov, O. J. Capello; B. Caso de Leveratto, V. Neuman, R. A. Retondano, S. M. Silvani de Capello, R. H. Etchegoyen Leer Resumen
- Introducción
Una vez más un Dossier de Vertex vinculado con la depresión.
“Otra vez sopa!”, como diría Mafalda, el genial personaje de Quino que marcó una época en la Argentina.
Esto no es caprichoso. La depresión es la más frecuente de las enfermedades mentales. Ha pasado airosamente el cambio de siglo y sigue en aumento. Hasta uno de cada ocho individuos requerirá tratamiento por una depresión a lo largo de su vida; casi el 70% de las internaciones psiquiátricas se asocian con trastornos del humor y la depresión da cuenta del 60% de los suicidios (Depresion Guideline Panel, 1993).
La depresión fue la cuarta causa de carga por enfermedad en el mundo en 1990, dando cuenta del 3,7% del total de Años de Vida Ajustados por Discapacidad (AVAD). En 2000 se mantuvo en el cuarto lugar pero aumentó la carga al 4,4% del total de AVAD, siendo la causa de la mayor carga no fatal y siendo responsable de casi el 12% del total de Años Vividos con Discapacidad en el mundo (Ustun TB et al., 2003).
Nuestra realidad nacional y nuestro compromiso como médicos hacen que no podamos permanecer ajenos a los desarrollos que se producen en el campo de los trastornos afectivos y de ansiedad.
Los conflictos vitales estresantes figuran entre los principales factores de riesgo para la depresión (Depresion Guideline Panel, 1993). Los conflictos regionales y los desastres naturales afectan a muchos individuos y originan problemas mentales.
Se calcula que hay en el mundo unos 50 millones de refugiados o desplazados (OMS, 2001). La globalización de la economía se ha hecho sentir también en nuestro país, en donde casi el 50% de la población es pobre y hay altas tasas de desocupación y subocupación.
La relación entre el estrés y la depresión plantea ciertas preguntas sumamente interesantes. Si bien hay clara evidencia epidemiológica, clínica y biológica sobre esta asociación aún existen ciertas controversias con respecto a la misma.
¿Es ésta una asociación causal unidireccional? El estrés es un poderoso desencadenante de la expresión de la depresión pero, a su vez, la depresión actúa en los individuos como un estresor crónico, alterando el equilibrio del eje del estrés.
El paciente “puro”, sin comorbilidad física o psíquica, se está convirtiendo, a pasos agigantados, en una rareza La investigación en biología (neurobiología, biología molecular, hormonas, etc.) y psicofarmacología ha hecho grandes avances en los últimos años y ello ha mostrado que esta comorbilidad no es únicamente un problema estadístico o epidemiológico. Existe un sustrato fisiológico que interrelaciona diferentes áreas y esta comorbilidad es expresión de esa interacción. Por ello el título del Dossier, que busca ser un puntapié inicial en este camino de comprensión de las relaciones entre las patologías y en la mejor forma de abordarlas terapéuticamente.
La depresión y los trastornos de la ansiedad son alteraciones mentales frecuentemente comórbidas. Esta comorbilidad tiene consecuencias clínicas y sanitarias importantes. Se sabe que los pacientes depresivos con ansiedad presentan sintomatología depresiva más severa, mayor utilización de servicios médicos clínicos y mayores niveles de discapacidad (Lecrubier, Y). La mejoría en el funcionamiento físico, social y laboral que se produce con el tratamiento de ambas patologías supera con creces los costos del mismo.
Hace unos años, un laboratorio farmacéutico utilizó un antiguo y sencillo “rompecabezas” como expresión de la vinculación entre ansiedad y depresión: dos clavos enlazados. Lo mismo ocurre con el estrés. Tanto éste como la depresión tienen una correlación directa con la neurodegeneración y la muerte celular, lo que puede ser prevenido por el efecto neuroprotector de los psicofármacos.
Con estas ideas en mente, le hemos pedido a destacados especialistas del país y del exterior que escribieran artículos sobre estos temas. El Dr. Bernardo Dubrovsky, médico psiquiatra e investigador básico en el área de los esteroides en la Universidad McGill, en Canadá, nos da una puesta al día sobre la neurobiología de los síndromes depresivos y de estrés; el Dr. Luiz Dratcu, del Guy’s Hospital, de Londres, nos da su punto de vista acerca del correcto tratamiento de la depresión.
La Dra. Silvia Wikinski, médica psiquiatra y profesora adjunta de farmacología, investigadora del CONICET, se refiere al fundamento neurobiológico del tratamiento de la depresión y de la ansiedad y la Dra. Coral Márquez, médica psiquiatra y terapeuta cognitiva, a la visión de esas dos problemáticas desde esa disciplina. Los Dres. Camprubi, también del Guy’s Hospital, de Londres, y el Dr. Suffriti, del Hospital Universitario Austral, de Pilar, se ocupan de las posibilidades de tratamiento de la depresión en pacientes con trastornos cardiovasculares.
Finalmente, la ansiedad, la angustia, la depresión, se muestran en el imaginario popular argentino a través de una lectura psicoanalítica del tango, máxima expresión rioplatense desde comienzos del siglo XX, en el artículo de Dimov, Etchegoyen y colaboradores, reconocidos psicoanalistas de nuestro medio.
Esperamos que este dossier sea de utilidad y actúe como disparador de nuevos desarrollos en estos campos.
Coordinación: Pablo M. Gabay y Eduardo Leiderman
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