- SUMARIO:
- Dossier: “EDUCACIÓN EN PSIQUIATRÍA Y SALUD MENTAL”
Coordinadores: Martín Agrest y Martín Nemirovsky
- Residencias de Salud Mental de la Ciudad de Buenos Aires. Dilemas y avances en su construcción
D. Yanco y V. Roma Leer Resumen
- Algunos principios de la enseñanza de la salud mental en los estudios de grado y post-grado de las carreras de medicina, psicología y disciplinas conexasL. Ricón Leer Resumen
- El Curso de Psiquiatría del Consejo de Médicos de la Provincia de Córdoba. Orígenes e historia
R. M. Castro Bourdichon Leer Resumen
- La educación médica basada en las competencias
J. G. Bernabó y otros Leer Resumen
- Ética, Inequidad, Pobreza y Derechos Humanos en Psiquiatría
A. M. Pérez de Nuccis Leer Resumen
- Trabajo en equipo para la enseñanza de la materia Salud Mental en la formación médica
C. Perrier de Benedetti y otros Leer Resumen
- Introducción.
La educación médica navega actualmente en aguas procelosas. No existe un consenso a nivel mundial capaz de unificar los criterios de lo que se debe incluir hoy en la formación de grado, y la misma problemática se extiende al nivel de los post-grados. La variedad de ofertas académicas, la diversidad de criterios para definir el perfil del médico a la salida de las Facultades de medicina en los diversos países es muy grande. Las importantes recomendaciones incluidas en la Declaración de Edimburgo hace casi veinte años, así como las rugidas de otros encuentros posteriores (Yaounde, Buenos Aires, etc.) sirvieron para alertar a muchos docentes y reorientar criterios pero no se generalizaron, como era deseable. Se entiende fácilmente que los requerimientos en destrezas, habilidades y conocimientos teóricos no serán los mismos para el profesional recién egresado que ejerza en la periferia de Copenhague que en la sabana africana, en París que en la campaña china, en Nueva York o en La Matanza. Los problemas a enfrentar son muy diferentes, los sistemas de salud en el seno de los cuales ejercerá el médico también, así como las condiciones socio-sanitarias que actúan como un seleccionador inexorable de las capacidades necesarias para trabajar en medicina y las económicas, que engloban, a su vez, a todas las anteriores: la pobreza y el analfabetismo son los dos grandes determinantes de enfermedades en la humanidad contemporánea. Su consideración en la reflexión médica es enfatizada fuertemente en el artículo que nos envió para este Dossier el Profesor Armando M. Pérez De Nucci. A estos problemas se añaden los resultantes de otros factores tales como la demografía médica (incremento o exceso de la matrícula en algunos países, déficit en otros, mala distribución geográfica de los egresados, irracionalidad en las proporciones relativas de especialistas, más condicionada por el mercado, las modas y otros factores espurios, que por las verdaderas necesidades sanitarias, etc.), las condiciones laborales y el salario médico, la privatización empresarial de servicios de salud con la consecuente pauperización de los profesionales, la crisis de la Universidad y la del Estado Benefactor y sus efectos sobre los sistemas sanitarios públicos, el desarrollo e ingerencia en la formación de post-grado de la industria farmacéutica, las migraciones de profesionales, el manejo actualizado de la información, las cuestiones bioéticas que atraviesan hoy al conjunto de las prácticas en medicina... Este conjunto de factores conduce a pensar que hoy es imposible contar con una definición ideal del egresado de los estudios médicos y con un solo modelo de enseñanza en las escuelas de medicina. En efecto, las respuestas a todos estos condicionantes, las adaptaciones que las mismas han realizado permite constatar que frente a ciertas currículas clásicas o rígidas que subsisten en algunos países o Facultades, se observan en otros planes ampliamente flexibles, hasta tal punto que en algunos casos es el alumno quien prácticamente decide por medio de un sistema de opciones su propio recorrido curricular. La tendencia general actual es intermedia, de tal manera que el estudiante pueda, dentro de una cierta flexibilidad, cumplir con los criterios uniformes para todos los egresados que se hayan estipulado como imprescindibles para alcanzar el diploma habilitante. Este panorama que domina la formación médica en general, tiene un capítulo particular en lo atinente a la formación en salud mental para el médico general y en psiquiatría. Como obstáculo agregado a todo lo anterior se suma, aquí, un problema epistemológico en torno a la concepción de la medicina que alienta el plantel docente de las demás materias básicas y clínicas de cada Facultad. Lo predominante en la enseñanza actual es el sesgo biomédico y, por ende, se asiste frecuentemente -contra toda evidencia clínica y epidemiológica- a una desestimación de la importancia de los factores de la relación médico-paciente y de la consideración de las causas emocionales en la consulta a todos los niveles en medicina. La enseñanza de la Salud Mental aparece como la de una materia más, sus contenidos en la mente de los alumnos -como bien lo ejemplifica la Profesora Lía Ricón en el artículo que nos ofrece más adelante- tienden a ser simplemente yuxtapuestos a los de los demás sistemas-partes del organismo (aparato respiratorio, circulatorio,...) y no como el aspecto subjetivo tejido, constitutivamente, en toda situación humana de salud y de enfermedad. Esto crea un problema bifronte a los docentes de Salud Mental: transmitir los saberes necesarios a los alumnos y disolver las resistencias a esa perspectiva antropológica que los mismos reciben de otros docentes que desestiman, minimizan o no saben como incluirse en un paradigma médico holístico porque durante su propia formación no lo hicieron. Simultáneamente, es necesario evaluar las tareas y generar aprendizajes de habilidades concretas y actitudes más allá de la información repetitiva, enciclopédica y, finalmente, estéril: véanse para ilustrar estas técnicas pedagógicas los artículos de este Dossier presentados por el Profesor Jorge Bernabó y la Lic. Cristina P. de Benedetti acompañados por sendos equipos de experimentados colaboradores. Los avatares de la formación de postgrado en la especialidad son estudiados a partir de dos experiencias, una realizada en las Residencias para médicos y psicólogos en la ciudad de Buenos Aires y otra en el Curso de Médicos Especialistas del Colegio Médico de Córdoba, por sus responsables, la Lic. Débora Yanco y el Dr. Ricardo M. Castro Bourdichon, respectivamente. Como es de suponer, los artículos seleccionados para este Dossier no agotan el tema a tratar, pero abren una ventana amplia sobre el paisaje complejo y apasionante de la educación del nivel de grado y post-grado en psiquiatría y salud mental.
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