Volumen XIX — Nº 79
Mayo/Junio 2008
REVISTA DE EXPERIENCIAS CLÍNICAS Y NEUROCIENCIAS - Características del trabajo compartido entre psiquiatras y psicoterapeutas en el área metropolitana de la ciudad de Buenos Aires
  • Gustavo Lipovetzky
    Médico Psiquiatra. Miembro del Capítulo de Psicofarmacología de APsA.
    E-mail: glipo@fibertel.com.ar
  • Martín Agrest
    Psicólogo Clínico. Máster en Administración de Servicios y Sistemas de Salud.
    E-mail: magrest66@gmail.com

Resumen

Introducción: si bien el consumo de psicofármacos y de psicoterapias está muy extendido en la ciudad de Buenos Aires y sus alrededores, no hay datos sobre su combinación en términos de frecuencia, modalidad de elección entre los profesionales, formas de inicio, percepción mutua entre los participantes y utilidad asignada a esta modalidad terapéutica. Método: por medio de una encuesta anónima a los psiquiatras y psicoterapeutas de la ciudad de Buenos Aires y del Área Metropolitana se recolectaron datos de los tratamientos compartidos en diferentes jornadas, congresos y reuniones clínicas y teóricas, que fueron volcados en una base de datos y procesados estadísticamente. Resultados: de los 411 encuestados (entre psiquiatras dinámicos, biológicos y otros psiquiatras, psicoanalistas y psicoterapeutas de diferentes corrientes teóricas) obtuvimos que el 95% de los psiquiatras y el 91% de los psicoterapeutas tienen alguna participación en tratamientos compartidos con otro profesional (psiquiatra o psicoterapeuta); el 63% de los pacientes de los psiquiatras reciben tratamientos combinados de medicación y psicoterapia (mientras que el 37% restante se divide casi en partes iguales entre los que reciben solo medicación y solo psicoterapia); la condición de psiquiatra biológico o dinámico y la antigüedad en la profesión inciden en el porcentaje de pacientes a quienes solo les prescriben medicación y en el porcentaje de pacientes con los que integran abordajes farmacológicos y psicoterapéuticos aunque no en el porcentaje que recibe tratamientos combinados; en una escala del 1 al 5 ven una utilidad de 4,2 a este tipo de dispositivos compartidos. El 35% de los pacientes de los psicoterapeutas forma parte de tratamientos compartidos; el 60% dijo que para derivar a un psiquiatra lo que privilegiaba era la persona del psiquiatra y su manejo de situaciones clínicas más allá de su marco teórico; las críticas al accionar del psiquiatra serían diferentes según la orientación teórica del psicoterapeuta/psicoanalista; la utilidad asignada por los psicoterapeutas al trabajo compartido fue de 4,1 (sobre un máximo de 5 puntos). Conclusiones: los dispositivos triangulares (entre pacientes, psiquiatras y psicoterapeutas) presentan un elevado grado de difusión en la Ciudad de Buenos Aires y sus alrededores, y tendrían modalidades diferenciales según la orientación del psiquiatra y del psicoterapeuta. Su comprensión y la preparación para el desempeño dentro de los mismos deberá ser una prioridad en el currículum de los psiquiatras y de los psicoterapeutas.

Palabras claves:Tratamientos integrados - Tratamientos combinados - Tratamientos divididos - Tratamientos compartidos - Educación en psiquiatría.

DISTINCTIVE FEATURES OF SPLIT TREATMENTS AMONG PSYCHIATRISTS AND PSYCHOTHERAPISTS IN BUENOS AIRES CITY AND ITS SURROUNDINGS
Summary

Background: although psychopharmacotherapy and psychotherapy are very frequent in Buenos Aires city and its surroundings, there is no data about their combination in terms of frequency, onset forms, mutual election and perception among professionals, and utility assigned to this modality of treatment. Method: an anonymous survey was used to bring up psychiatrists and psychotherapists opinions upon combined, integrated and split treatments. The survey was carried out in psychiatric and psychological congresses, clinical meetings and also by email and phone. Results: 411 persons answered the survey (counting dynamical psychiatrists, biological psychiatrists and other types of psychiatrists, as well as different theoretically oriented psychotherapists and psychoanalysts); 95% of all psychiatrists and 91% of the psychotherapists had any kind of experience sharing treatments; 63% of psychiatrists’ patients received a combination of psychopharmacological and psychological treatments (the remaining 37% received either only psychotherapy or only medication); the condition of being a biological or dynamical psychiatrist showed to be related to the percentage of patients to which they only prescribed medication and to the percentage of patients under integrated treatments but it was not related to the percentage of patients under combined treatments; on a 1 to 5 points Likert scale the psychiatrist assigned an average of 4,2 points to the utility of shared treatments. 35% of the patients treated by psychotherapists also received medication; 60% of psychotherapists said that, when referring a patient to a psychiatrist, they privileged human aspects and clinical expertise beyond theoretical orientation; criticisms to how the psychiatrists do their job were different depending on the psychotherapists theoretical orientation, averaging 4,1 points on a 1 to 5 points Likert scale. Conclusions: triangular devices (between patients, psychiatrists and psychotherapists) are very frequent in Buenos Aires city and its surroundings, presenting important differences depending on the theoretical orientation of psychiatrists and psychotherapists. Their understanding and the preparation for the performance within them will have to be a priority in the curriculum of psychiatrists and psychotherapists.

Key words:Integrated treatments - Combined treatments - Split treatments - Shared treatments - Psychiatric education.